Pertenezco a una generación (la del post-punk, la del “no future”) que estuvo muy marcada por un rechazo frontal a la cultura. La cultura era, de algún modo la encarnación del poder y de la opresión. A lo largo de mi trayectoria artística he ido entendiendo que lo que consideramos como clásicos representan en cada época un nivel de subversión equivalente a lo que hoy entendemos como tal y, por tanto, a diferenciarlos del uso normalizador que de ellos hace la cultura oficial.
Desde los inicios de mi práctica, hay dos vectores paralelos que siempre han estado presentes de una forma más o menos explícita:
-uno, el modo de la presencia femenina en el arte
-dos, la puesta en cuestión de los elementos plásticos que tradicionalmente han definido la escultura como un arte vinculado a nociones consideradas básicamente masculinas, como la fuerza, la dureza, la prevalencia de lo físico, un sujeto seguro de sí mismo, etc., y sus diferentes reevaluaciones en los diferentes momentos de mi trayectoria.
NOTA BIOGRÁFICA
Ana Laura Aláez nace en Bilbao.
En el año 2013 le fue concedido por el Gobierno Vasco el premio Gure Artea, como reconocimiento a su trayectoria y aportación artísticas.
Además de su trabajo plástico, habría que destacar su experiencia en el campo del diseño de espacios, así como en una extensa actividad docente y en la escritura.
Estudia en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, aunque lo más destacable de su periodo de formación lo constituye la asistencia a los dos talleres que el escultor Ángel Bados impartió en Arteleku (San Sebastián) a principios de los años noventa. Sus primeros trabajos indican un proceso de asimilación de las cuestiones planteadas por la generación anterior, la denominada Nueva Escultura Vasca, al tiempo que introduce elementos correctores vinculados a la perspectiva de género a partir de la utilización de materiales y estrategias procesuales al margen de los considerados tradicionalmente escultóricos.
En 1991, tras un viaje a Nueva York con motivo de la exposición, junto a otros artistas vascos, en el espacio autogestionado para el arte y el activismo ABC No Rio, decide fijar su residencia en dicha ciudad. Aláez se da a conocer al público nacional con Superficie (1992) en el Espacio 13 de la Fundación Joan Miró de Barcelona, donde muestra la instalación Mujeres Sobre Zapatos de Plataforma (Colección Fundación La Caixa). A partir del impacto de esta pieza que logra materializar “el vacío” asociándose a la invisibilidad femenina, trabaja durante catorce años con la Galería Juana de Aizpuru.
En 1997 presenta la instalación She Astronauts en la sala Montcada de Barcelona, un proyecto donde se cuestionaban los límites borrosos entre las representaciones del espacio «real», social, y el espacio del arte, así como la noción de autor al dar paso a la intervención de otros artistas. Este proyecto marca el inicio de su andadura internacional. Nicolas Bourriaud ve in situ She Astronauts y lo considera dentro de la corriente «arte relacional». Le propone hacer un proyecto para el Palais de Tokyo de París: Beauty Cabinet Prototype en 2003.
En 2000, Dance & Disco, en el Espacio 1 del MNCARS en Madrid. Un club dentro del museo que funcionó simultáneamente como instalación artística y como sala de baile con usuarios muy diferentes que se simultaneaban o alternaban, despertó grandes filias y fobias en el panorama artístico español. Es hoy, cuando generaciones posteriores de artistas están reconsiderando este proyecto de hace más de dos décadas. La música electrónica está muy presente en Dance & Disco. Aláez comienza a colaborar con el dúo de músicos Silvania, publicando más tarde bajo el nombre de Girls on Film, un álbum con las recopilaciones de la música realizada ex profeso para varios de los vídeos producidos hasta ese momento. Desde el 2004 hasta la actualidad colabora con el músico alemán Ascii.disko.
Entre algunas de sus exposiciones en museos destacan: The Real Royal Trip (2003), PS1, MOMA. N.Y; Hell Disco (2004), Helsinki City Art Museum, Helsinki; Hell Disco (2004), Centro Cultural de España, México; Signale Der Kleidung (2004) Podewil Center of Contemporary Art, Berlín; Goodbye Horses-Kiss the Frog. The Art of Transformation (2005),The National Museum of Art, Architecture and Design, Oslo; Arquitectura de Sonido (2006), Museo Banco de la República de Bogotá; Incógnitas. Cartografías del Arte Contemporáneo en Euskadi (2007), Museo Guggengeim, Bilbao.
En el Pabellón Español de la 49.ª Bienal de Venecia (2001), muestra tres instalaciones en las que ya se apuntaba la necesidad de recuperar su trabajo más escultórico con un diferente grado de subversión. Este deseo se plasmaría definitivamente y de una manera más rotunda algunos años después, en 2008, con Pabellón de Escultura, presentado en el MUSAC (León). Su pieza permanente de dimensiones arquitectónicas titulada Bridge of Light, 2008, para el Towada Art Center (Japón) es seleccionada entre otras muchas propuestas a partir de una invitación de Nanjo and Associates a participar en un concurso con una selección previa de artistas internacionales.
Otras bienales internacionales: 5ª Bienal de Estambul, Turquía, 1997; 48ª Bienal de Venecia, Italia,1999; 2ª y 3ª Bienal de Busan, Korea, 2000 y 2004 respectivamente, y Bienal de Buenos Aires, Argentina, 2001.
Soledad Lorenzo le propone trabajar en el 2008 y justo un año después, expone Forma y Performance en su galería, donde incluye la pieza Cabeza- Espiral-Agujero-Puño-Esperma-Nudo (Colección Museo de Bellas Artes de Bilbao), uno de los pilares de su exposición en Musac. Se podría decir que esta escultura, junto con Mujeres Sobre Zapatos de Plataforma, son especialmente emblemáticas en la trayectoria de Aláez.
El espíritu de negociación y reconciliación con los procesos no lineales y caóticos que un artista vive a lo largo de su vida dio lugar a la exposición Impostura (2014), en la galería Moisés Pérez de Albéniz, en Madrid. En el año 2015 destaca su actividad docente en Kalostra (San Sebastián), un proyecto pedagógico experimental de varios meses de duración gestionado e impartido por y para artistas.
En 2018 realizó la exposición individual Resistencia en Bilbao, en la galería Carreras Múgica. Su exposición monográfica Todos los conciertos, todas las noches, todo vacío en el CA2M de Madrid, entre el 2019 y 2020, surge a partir de una selección de trabajo a lo largo de su trayectoria desarrollando potencialidades que quedaron sin ser usadas plenamente. En Azkuna Zentroa de Bilbao, 2021, se amplificó con nueva producción y un área de documentación.
Al mismo tiempo que su exposición en Azkuna Zentroa, se mostró su video producido en el 2020, Portadoras queer: el doble y la repetición (Beca Multiverso a la Creación en Videoarte) en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, una obra en la que -según Aláez- están latentes muchos de sus videos anteriores. Prepara un proyecto con la Galería Pelaires, en Palma, su lugar de residencia actual que se inaugurará en junio de 2022.